Natalicio del Mariscal Antonio José de Sucre

 Natalicio del Mariscal Antonio José de Sucre

Fue un importante político, estadista y militar venezolano, prócer de la independencia de Venezuela y otros países de Latinoamérica. Fue Presidente de Bolivia, General en Jefe del Ejército de la Gran Colombia y Comandante del Ejército del Sur y Gobernador de Perú.


Antonio José de Sucre nació en la ciudad de Cumaná un 3 de febrero de 1795. Hijo de Vicente de Sucre y María de Alcalá. Realizó estudios en matemáticas y fortificación en la escuela de Ingenieros de Caracas en 1808, al estallar la Guerra de Independencia en 1810 se une al ejército de Francisco de Miranda; combatiendo junto a Mariño, PiarBermúdez y Bolívar.

Al caer la primera República viaja hacia Trinidad, vuelve a Venezuela en 1813. En 1821 con el rango de Jefe del ejército del Sur de Colombia alcanza la independencia de las provincias de Ecuador en las batallas de Río Bamba y Pichincha. Tuvo una destacada participación en la batalla de Junín, pero fue en la de Ayacucho en 1824 donde obtiene el triunfo que posteriormente le haría merecedor del título "Gran Mariscal de Ayacucho".

Simón Bolívar, lo describió como:

El General Sucre es el Padre de Ayacucho: es el redentor de los hijos del Sol; es el que ha roto las cadenas con que envolvió Pizarro el imperio de los Incas. La posteridad representará a Sucre con un pie en el Pichincha y el otro en el Potosí, llevando en sus manos la cuna de Manco-Capac y contemplando las cadenas del Perú rotas por su espada".


En 1825 ocupa el territorio del Alto Perú y le otorga en nombre de Bolivia en honor a Simón Bolívar, siendo el Gran Mariscal el primer Presidente de esta nueva nación.

Se caso con María Ana Carcelén de Guevara y Larrea-Zurbano, del matrimonio nació María Teresa de Sucre y Carcelén de Guevara.

Mientras viajaba hacia la capital de la Gran Colombia, Sucre le escribe a su esposa:

«Te escribo (…) para decirte que te pienso cada vez con más ternura, para asegurarte que desespero por ir junto a ti; para pedirte que por recompensa de mis delirios, de mi adoración por ti, me quieras mucho me pienses mucho(…) Todo, todo, todo lo pospondré a dos objetos: primero el complacerte, y segundo, a mi repugnancia por la carrera pública. Solo quiero vivir contigo en el retiro y en el sosiego. Me alegraré si puedo con esto darte pruebas incontestables de que mi corazón está enteramente consagrado a ti, y de que soy digno de que busques los medios de complacerme y de corresponderme»

Pero el Mariscal no pudo regresar pues el 4 de junio de 1830, fue víctima de una emboscada en las montañas de Berruecos, donde murió de un balazo. Al enterarse de su muerte Bolívar expresó:

"¡Santo Dios! ¡Se ha derramado la sangre de Abel!... La bala cruel que le hirió el corazón, mató a Colombia y me quitó la vida". “...Yo pienso que la mira de este crimen ha sido privar a la patria de un sucesor mío...”

 

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